Una batalla que fuera superada siglos atras en la historia sigue vigente y parece cobrar nuevos brios en la OEA. Me refiero al proceso de oscurantismo versus modernidad.
Ante la novedad y las propuestas modernizadoras pareciera que la apuesta de algunos funcionarios diplomaticos es por la inaccion o el tratamiento pseudo aristocratico elefantiasico que se le desea dar a los temas.
Esta situacion la preveiamos y por ello en el periodo extraordinario de la Asamblea General en noviembre de 2012 dijimos: "Es tiempo de actuar. Lo unico que no podemos hacer es no hacer nada".
Tres meses despues, la apuesta de algunos funcionarios diplomaticos es no hacer nada. Dejar que por seleccion natural, al mejor estilo darwiniano, las cosas evolucionen y de repente, de la noche a la manana, ingresemos a una OEA moderna, en sus instalaciones y procesos, con mecanismos de gestion y administracion del siglo XXI, con adecuados niveles de rendicion de cuentas, con una politica de recursos humanos identica, o al menos parecida, al resto de organismos internacionales en Washington DC.
Infelizmente este remedo de "teoria de las especies" del sistema oesiano no tiene un referente intelectual que la defienda o la promueva.
Su mejor aliado, su vocero institucional es el silencio, complice o decidido, de aquellos que han visto en la actual situacion el mejor mecanismo para un exilio dorado al oeste de Capitol Hill.
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